Hoy el día sigue gris en Yopal. Un poco de mi historia: Nací en 1967 soy
oriundo de Montelibano Córdoba, cerca del pueblo en una finca ganadera me crié
junto con mis padre Emil Jaaman, mi madre Carmen Meza y mi hermana Ana
Jaaman en 1979 se separaron mis padres.
Considero que las circunstancias enunciadas de la separación de mis padres a
finales de los años 70 y unido con ese tránsito de la niñez a la pubertad permitieron dame cuenta que lo que
tenía había cambiado se había
transformado; ese estado ideal de vivir en el campo y lejos de la incertidumbre
del pueblo había pasado, ya eran nuevas realidades familiares: la familia como
la conocía ya no estaba; la educación era otra cosa, ahora, en vez de
tener a un tutor para mi hermana y para
mí, estaba en manos de un desasosiego de compartir con una muchedumbre, llamados
compañeros, con un docente que esgrimía poder para dominar a ese grupo
numeroso. Ya el paraíso se había perdido, el lugar de protección como lo conocía ya no existía; ahora me enfrentaba a vivir mi
individualidad con una inmensidad de personas a las cuales debía complacer o
adaptarme: complacer al maestro, a mi tía con que convivía, a los conocidos de
barrio con que compartía juegos, a mi mamá en su nueva condición de dominante
total.
Cada vez era más lejana esa figura de mi
tutor de mis primeros años que me hacía pensar de los números y su relación
con mis juegos.
Cada vez que decía “yo soy” Yury Jaaman Meza quería expresar que
detrás (sistemas de creencias, territorio, mi historia, mis raíces) quería
dejar claro que no era diferente que, aunque lejos de mi padre yo era parte
presente de un hombre extranjero, luchador y batallante con los desafío que le
impuso esta sociedad colombiana que en ocasione lo incluía pero que también en
muchas lo excluía y le hacía saber que él no era de estas tierras.
Considero que es precisamente desde esas
inclusiones y exclusiones que pude ser testigo
y también viviente de ellas me
doy cuenta hoy de cómo fui educado desde
esas pretensiones del profesor, dogmatismos religioso al cual empecé a vivir al
sentirme obligado a levantarme un sábado domingo para ser adoctrinado por
catequesis que consideraba fuera de
lugar.
En ese momento de mis 10 a 12 años “me di
cuenta” que mi historia, con una
continuidad de confort y tranquilidad se
había roto y que tenía implicaciones con
una ruptura con creencias religiosas, culturales y sociales. Me di cuenta que, a la manera de
cómo se cambia de historia al terminar de leer una novela y pasar a otra,
estaba en otra historia, y que similar a como era en las novelas debía adaptarme a las nuevos personajes y tramas con sus
propias narrativas que me imponían las nuevas circunstancias.
Ese
sentimiento de inseguridad y dolor por la separación de mis padres ahora
se transformaba en obligación de adaptación y sobrevivencia.
El recordar la separación es el símbolo de corte del retorno a la
memoria de un cierre a la niñez y una apertura a la seudo adultez que trae a mi
momento presente el rememorar vivencias,
que poco a poco se han constituido en experiencias dignas de ser pensadas con
toda su carga emocional pero sobre todo, reconocer en esa experiencia que trae
consigo también emociones (campos emocionales) de incertidumbre y desasosiego
por la pérdida de seguridad que no solo
es buscar el sentido de ser en lo que
soy con la posibilidad, ahora de buscar asidero con el fin de valorar lo que
puedo ser con múltiples posibilidades. Este conjunto de relaciones con lo que hoy me acontece y cómo enfrento lo
acontecido adquiere un significado especial y en donde hago reminiscencia de
ese recorte de mi realidad pasada de tal modo que implica poner en cuestión esa supuesta educabilidad
por esa educación recibida, la
herencia, los ritos de sistema de
creencias); y a la vez tratar de cuestionarme en posibilidades, futuros
posibles para abandonar la fijeza
aparente en que se presenta, se exige a éste mostrarse en sus cambios posibles.
Es así que de esas vivencias que me marcaron en esos momento ahora tomo conciencia de que la incertidumbre
en mi ha operado como sacar fuerzas frente al dolor en las
vivencias de sentirme excluido, marginado, enfrentado a nuevas separaciones
como por ejemplo en mi ejercicio de
sindicalista lo que me mueve es ese
deseo de superar el dolor de no poder hacer nada ante lo injusto, el trato
injusto en las condiciones laborales, la discriminación, la subordinación
incondicional… y cómo ha sido o se ha manifestado el sujeto Yury ante el
sistema (laboral, familiar, político, económico) de subordinación? Narrativas
que se imponen, me imponen y contraponen a mi ideas de justo, anormal,
intolerable, etc; emocionales que considero me enfrenta a buscar
alternativas que me posibilita plantear
la exigencia de abrirla, es decir, quedarme estático, petrificado e inmóvil
ante lo adverso si no de preguntar y preguntarme por posibilidades cuando siento que estoy en
situaciones que me causan inseguridad y dolor.
En este proceso metodológico me ha
permitido asombrarme más y dar por ciertas muchas menos cosas. Desde que tengo
memoria de mi historia pensé que mis
cavilaciones hacían parte de lo “no público” de las búsquedas de respuestas
privadas ya que lo aprendido no
abordaban tantas inquietudes (religiosas, existenciales, afectivas, etc) y que
la vida misma y el conocer era una cantidad de respuestas que fragmentaba mi
existencia. Lo que más o menos se
acercaba a dar ese tipo de respuesta a esas inquietudes, asombros e
indagaciones estaba más en el margen de lo artístico, filosófico
o religioso (poesía, literatura o filosofía existencial).
Este trasegar, es en un sentido contemplar
como la tarea de valorar el propio modo de pensar reflexionando cómo,
realmente, estoy pensando eso que denomino incertidumbre con toda su
connotación de movimiento, pluralidad, diversidad, impermanencia. Por otro lado
este esfuerzo me ha permitido “concientizarme” del modo y necesidad de abordar
la realidad para imaginar otras posibles “soluciones”,
“respuestas” o, al menos, avizorar el
margen de acción que tengo para ello y
reconocer en ese mismo acto que acercarme a la realidad no es recolectar
datos, sino también construirlos desde una particular manera de ver.
En
este momento he resignificado la
incertidumbre que me permite establecer relaciones inclusivas y relacionales
con ese campo emocional de la frustración a lo que no puedo cambiar, el dolor
que me causa esa frustración de estar en un lugar no seguro. Es desde allí donde veo las coincidencias de que la
incertidumbre me ha permitido adaptarme como modo de sobrevivencia; en los
punto de quiebre que posibilitan, en
este momento metodológico, enfrentarlos como posibilidades de construir
y ser parte de la construcción de esa realidad mía y
construyo la realidad (Yury), cuando
reconozco que estoy en incertidumbre, en crisis por estar a nuevamente ante lo considerado como “normal”
“por qué así ha sido” sentido pensado y asumido que es “bien” o “mal”,
“liberal” o “conservador”, “negro” o “blanco”. Y que a pesar de mi deseo
libertario, también debo reconocer que hay en mis actuaciones que normalizan
situaciones excluyentes, enajenantes, contradictoria.
La incertidumbre me ha permitido sacar de
la desprotección, de la crisis, del
momento de inseguridad, del sentimiento de dolor, de la angustia buscar
alternativas, superar la inmovilidad por el miedo y enfrentarme a “eso”
tratando de entenderlo para, algunas veces atacarlo, en otras conciliar, en
otras conquistar y en algunas retirarme. Ese sentimiento emerge cuando debo responder a situaciones del
trabajo que considero no son legales, correctas o justas cuando llevo a mi hija
al colegio siendo consciente de mucho de esos procesos de “aprendizaje”
instauran en ella construcciones de
obediencia, subyugación y sometimiento.
Ahora bien, la incertidumbre la considero
en este momento metodológico como la posibilidad de poner en cuestión cómo he sido y cómo puedo dar cuenta de mi presente
y de las posibilidades en un momento dado, pero también problematizarla “la
incertidumbre” en sus potencialidades y limitaciones con el fin de conocer los
determinantes.
Emergen también muchas preguntas de si la incertidumbre me ha permitido superar
y superarme qué otras afectaciones podrían emerger que también den cuenta de cómo enfrentar el
mundo del (trabajo, estudio, familia,
religión)?
Es desde allí, que haciendo el rastreo de
lo que ha sido definido teóricamente como incertidumbre no veo incluyente lo nominado como tal (la
incertidumbre desde lo experimental en la
física o la incertidumbre como falta de certeza desde la visión psicologista) frente a esto he pretendido
buscar alternativas y ampliar el campo
que una u otra teoría me presenta y las posibilidades y perspectiva de
resemantizar la incertidumbre con los posible imaginables de intervención y
activación a lo social, y la exigencia
de suponer recuperar el papel crucial de mi sujetividad en tanto construido
(dado) por los sistema de creencias, cultura, maneras de relación
intersubjetiva de dominio y dominación,
y a la vez constructor de realidad, como posibilidad/es y exigencia de
ser yo el que construye su relación con la realidad.
Ahora bien, la incertidumbre emergente a la
que hago alusión ha llegado al punto donde la palabra “nominada” se agota y a
veces considero más aportante cavilar
sobre la posibilidad de expresión de la incertidumbre en la obra pictórica de
Picasso o en la poética de Garcia Lorca,
sin pretender decir que da total respuesta a ese concepto base. En este punto
estoy tratando de identificar los condicionantes teóricos, valóricos o
experienciales que pueden sesgar mi
mirada, teniendo el nivel de conciencia, que sea cual sea el caso, de
los elementos que se articulen serán producto de una opción deliberada e
intencional mía.
Lo que pretendo es que esta opción/es para
articular elementos me permitan conformar un campo problemático o campo de
problemas, como por ejemplo: no basta con tener conciencia de esa afectación
sino de cómo pensar y actuar hoy que me
den la posibilidad de llegar a la visualización de campos problemáticos de la
incertidumbre en la historia de Yury con
miras a habilitar una intervención en lo volitivo, ético, social y político
(llámese incertidumbre insatisfecha, deseante, frustrada, posible, incoherente,
libertaria).
Ahora estoy tras de la pista, sobre el
considerar cómo he detectado la incertidumbre como concepto fundante, que hay
debajo de esas experiencias recuperadas
de mi recorte de historia que puedan dar cuenta de su fundamento y los posibles
campos problemáticos que lo especifique. Desde este punto considero que no es
suficiente identificar la matriz epistémica o creer que se tiene o se va
adquiriendo niveles de concienciación ya que esta experiencia de pretensión
investigativa exige un grado de asombro
continuo, constante y alerta para evitar el caer en la formalización de las
abstracciones y teorizaciones por evitar los lugares inseguros y buscar el
lugar el lugar seguro de la respuesta.
Frente a estas exigencias en mis
experiencias desde el presente, en que se conjuga lo dado en lo dándose, de
estos últimos 8 meses de confrontaciones de poder, desde mis actuaciones
sindicales y en el paro agrario (agosto de 2013) en dialogo con los campesinos que protestaban en la zona en
donde habito hubo eventos que me permitieron tener conciencia, de ese ciclo de
apertura - problematización - aprehensión - reconstrucción articulada/totalidad
(potencialidad/puntos de articulación) - cierre – y posibles enunciación de
campos problemáticos desde afectación o concepto estructurante; en tanto que,
considero son necesidades o auto exigencias
para la apropiación de la realidad
(de este presente) con miras a habilitar posible intervención y optar por uno u
otro curso de acción en relación con el
cómo, desde dónde intervendría en la realidad en busca de posibilidades
que pudiesen construirse, presumiblemente, de respuestas o de comprensión y
aprehensión de situaciones problemáticas determinadas.
Por otro lado, como emergencia por lo
anteriormente expuesto está la exigencia de darme cuenta de sí realmente al
tomar conciencia de este modo de operar soy capaz de cambiar la realidad, en el pensamiento y
en la práctica. O, al menos, avizorar el margen de acción que tendría para ello.
1 comentario:
Estimado Yury, que buena reflexión. No hay que desanimarse, eso es lo que precisamente desean los tiranos. Siempre adelante, y con fe, de que la luz en el tunel tarde o temprano se dará... felicidades
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